Gracias Dios mío, por
hacerme mujer.
Por haberme dado este
cuerpo, esta mente, este espíritu.
Porque si bien no tengo un continente fuerte
lo reemplazaste con un espíritu que sí sabe de fortalezas.
Porque me diste una vida,
para que yo eligiese ser madre o
profesional o ambas.
Porque me otorgaste
muchas amigas y hermanas, donde puedo compartir mi sentir.
Porque creaste otras
mujeres luchadoras que no saben de fronteras y blanduras.
Porque me diste una
sensibilidad a flor de piel, al borde de las lágrimas y de la risa sin medida.
Porque para nosotras el
beso y la caricia son una demostración natural del género.
¿Cómo no estar
agradecidas por haber nacido mujer?
A todas las mujeres del
mundo… a las que luchan día a día, a las que trabajan dentro y fuera de su
casa, a las que dan con manos solidarias olvidándose de sus necesidades, a las
que pelean aún por sus derechos: FELIZ DÍA MUJER
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